Si usted ha visto aunque sea por encima las noticias de salud en los últimos años, no debería sorprenderse de que la obesidad infantil se esté convirtiendo en un motivo de preocupación cada vez mayor entre los padres y los expertos en salud. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), casi uno de cada cinco niños estadounidenses es obeso, lo que suma un total cercano a 15 millones. En los últimos 30 años, este porcentaje se ha casi triplicado, lo que aumenta significativamente el riesgo de diabetes, enfermedades del corazón y otros problemas graves de salud a medida que estos niños crecen.
Qué puede hacer
Es natural que los padres se preocupen por la salud y la felicidad de sus hijos, pero abordar las inquietudes relacionadas con el peso puede ser complicado. Por suerte, hay estrategias positivas que puede poner en marcha para ayudar a su hijo a mantener un peso saludable.
- Mantenga la atención en la buena salud. Si tiene que hacer cambios en la dieta y el estilo de vida de su familia para ayudar a combatir la obesidad infantil, la mejor manera de mantenerse positivo es centrarse en los beneficios para la salud, como sentirse mejor o tener más autoestima. Usar la culpa o la vergüenza con el cuerpo para promover la pérdida de peso no es el camino correcto.
- Conviértalo en un asunto de toda la familia. Según un estudio de 2023 publicado en la revista Frontiers in Nutrition, los padres que son activos y comen sanamente tienen muchas más probabilidades de tener hijos que hacen lo mismo. Por lo tanto, si comienza a consumir comidas más saludables y a hacer más ejercicio, que esto sea un propósito de toda la familia.
- Mantenga las raciones bajo control. Un factor importante en la obesidad de los estadounidenses es el aumento del tamaño de las raciones. En la realidad, una ración de carbohidratos equivale a una rebanada de pan, una manzana o una naranja pequeñas, la mitad de una papa grande o media taza de pasta. En su casa, sirva raciones más pequeñas y, cuando comen afuera, considere dividir las comidas o usar cajas para llevar. También es importante practicar una alimentación consciente para evitar repetir sin necesidad. Espere de 10 a 15 minutos para ver si su hijo aún tiene hambre antes de contemplar darle una ración adicional.
- Fije límites al tiempo de uso de pantallas. Las pantallas no son la causa de todos nuestros problemas modernos, pero ciertamente no ayudan con la obesidad infantil. Cuando usted limita el tiempo de pantalla a una hora o dos por día y estimula el juego al aire libre, puede ayudar a sus hijos a mantenerse activos.
- Fomente la actividad física. Nuestro cuerpo necesita moverse todos los días. Muchas formas de movimiento, como el deporte, el baile o el juego al aire libre, pueden ayudar a su hijo a lograr los 60 minutos de actividad física diaria recomendados. Consulte con la escuela de su hijo los programas deportivos o de danza y explore los centros comunitarios para conocer otras oportunidades, como los campamentos estacionales.
- Practique hábitos de sueño saludables. El sueño insuficiente es un factor contribuyente bien documentado para la obesidad, pero dormir demasiado también puede afectar la salud de su hijo. Priorizar hábitos de sueño saludables también puede ayudar a respaldar el bienestar físico, emocional y cognitivo. Si bien cada cuerpo es diferente, hay una guía para la cantidad recomendada de sueño por edad para ayudar a promover una salud óptima.
- Reduzca el consumo de azúcar y alimentos procesados. Además de las raciones demasiado grandes, los alimentos procesados y el exceso de azúcar también contribuyen en gran medida a la obesidad infantil. Tanto los alimentos procesados como los demasiado azucarados ofrecen muy poco valor nutricional y deberían disfrutarse ocasionalmente. Preparar el almuerzo y los refrigerios de su hijo en casa puede dar lugar a opciones más saludables que los almuerzos escolares, como queso de hebra, yogur, mantequilla de maní o frutas. Cambiar las bebidas azucaradas por agua también puede contribuir en gran medida a fomentar hábitos saludables.
Estas sugerencias son solo el comienzo. La obesidad infantil puede ser compleja, pero con un esfuerzo conjunto entre los niños, los padres y los profesionales de la salud, los niños pueden desarrollar hábitos saludables y una cultura de bienestar para toda la vida. ¿Busca consejos y recetas adicionales para comenzar? Nuestros expertos en nutrición, Food for Salud, cuentan con recursos para que las familias ayuden a promover estilos de vida saludables y bienestar. Visite: nicklauschildrens.org/patient-resources/community-outreach/food-for-salud o visite nuestro canal de YouTube.