A veces siento que mi hijo me odia, y sé que no soy la única mamá que siente esto. Amo a ese niño más de lo que podría expresar adecuadamente en palabras, y cada cosa que hago, la hago con la intención de brindarle la mejor infancia posible.
Esto me hace preguntarme: ¿POR QUÉ HACE QUE TODO SEA TAN DIFÍCIL? La respuesta en realidad es bastante simple: porque tiene 2 años y medio. En este momento, no sabe hacer las cosas de otro modo, pero algún día lo entenderá.
Entenderá lo que pasé en mis últimos dos meses de embarazo y cómo seguí adelante por él.
Entenderá lo difícil que fue trabajar a tiempo completo y luego regresar a casa a una interminable “Lista de tareas de mamá” que incluía bañarlo, lavar ropa y hacer tarea.
Entenderá que cada vez que escuchó la palabra “no”, no fue porque mamá fuera mala, sino porque le estaba enseñando la diferencia entre lo que estaba bien y lo que estaba mal.
Entenderá que mamá le enseñó modales y el valor de decir “por favor” y “gracias”, no porque fuera estricta, sino porque lo estaba formando para que fuera un caballero.
Entenderá que mamá le enseñó a disculparse cuando lastimaba a alguien para que pudiera aprender cómo sus acciones afectan a otras personas.
Así que por ahora, cuando me grita por las mañanas porque no está listo para despertarse y da patadas mientras intento cambiarlo…
Cuando me dice “No te quiero” mientras estoy tratando de que desayune para que mejore su humor…
Cuando elige sentarse en su silla de penitencia durante casi una hora porque es increíblemente terco y prefiere demostrar que tiene razón en lugar de pedir perdón…
Necesito recordar que no me odia. Solo está poniendo a prueba los límites y aprendiendo a desenvolverse en su nueva independencia. Son esa misma predisposición y determinación lo que tal vez le permitan generar un gran cambio como adulto. Pero por ahora,
mi trabajo es ayudarlo a encauzar estas características sin quebrantar su espíritu ardiente. Es posible que aún no lo entienda, pero algún día lo entenderá.
Recordará su infancia y recordará cómo mamá siempre lo amó ferozmente, dándole abrazos y besos, pero a veces a través de la disciplina necesaria.
Más importante aún, recordará cómo mamá siempre estuvo allí para él incondicionalmente.
A todas las madres estresadas que se sienten derrotadas por sus niños pequeños con carácter fuerte: sé cómo se sienten. Resistan. Nuestros niños se están preparando para algún día cambiar el mundo.