Como madres, a veces asumimos toda la responsabilidad por el dolor de nuestros niños. Olvidamos que no solo es imposible absorber o prevenir todo sufrimiento, sino que también puede ser perjudicial para su bienestar. Claro, queremos eliminar cualquier factor estresante que podamos, pero algunos obstáculos no podrán eliminarse. Y a veces, solo porque un desafío puede evitarse, no significa que esa sea la opción correcta.