Cuando comienza la temporada de huracanes, es importante que los padres hablen con sus hijos y les brinden orientación y apoyo en caso de emergencia. Un niño pequeño puede preocuparse porque puedan separarlo de su madre. Un niño de 10 años puede preguntarse si la casa puede resistir una tormenta, y un adolescente puede estar preocupado por ayudar a un amigo cuya familia está fuera del país.
Los padres deben tratar de abordar esos temores de una manera objetiva y tranquilizadora. Si usted mantiene la calma, sus niños a menudo seguirán su comportamiento.
Aquí hay cinco sugerencias más para ayudar a su hijo en esta temporada de huracanes:
Cree un plan de emergencia familiar.
- Siéntese con sus hijos y explíqueles a dónde deberían ir si deben evacuar su casa. Asegúrese de anotar el número de teléfono celular de todos (padres, hijos, familiares y amigos) y póngalos en el teléfono de su hijo.
Prepárese para la tormenta.
- Si un huracán se dirige al sur de la Florida, pídale a su hijo que le ayude con los preparativos, como entrar los muebles de jardín, revisar las baterías de las linternas, sacar velas y empacar una provisión de tres días de agua, medicamentos y alimentos no perecederos. Recuérdeles a los adolescentes que llenen sus autos con gasolina.
Miren la televisión juntos, en cantidades limitadas.
- La televisión es una buena manera de obtener información antes de una tormenta. Pero ver demasiada cobertura de noticias puede aumentar los temores de un niño. Es mejor ver las noticias juntos y luego apagar el televisor, sobre todo si aún faltan varios días para la tormenta. Recuerde que las imágenes gráficas de los daños causados por las tormentas pueden ser perturbadoras para los niños pequeños.
Prepárese para salir.
- Si su familia necesita ser evacuada, pídale a su hijo que le ayude a empacar. Asegúrese de incluir algunos artículos especiales como un osito de peluche, fotos o un dispositivo de juego portátil. Su hijo también puede ayudarle a recolectar alimentos, agua y cualquier medicamento para la mascota de la familia: una responsabilidad que puede ayudar a que el niño se sienta más en control. Recuerde que los niños siguen el ejemplo de las emociones de los adultos, así que asegúrese de mantener la calma.
Trabajen juntos después de la tormenta.
- Una vez que la tormenta haya pasado, sus hijos pueden ayudar a recoger las ramas de los árboles u otros escombros que volaron en su jardín. Si hay daños graves en la casa, es posible que sea necesario modificar las disposiciones de la vivienda, como compartir una habitación. Una vez que las cosas se calmen, tómese el tiempo de hablar con sus hijos sobre cómo se sienten. El trauma emocional puede tardar meses en sanar a cualquier edad.
Revisado por: Sara Rivero-Conil, Dra. en psicología, es una psicóloga acreditada del Departamento de Psiquiatría del Nicklaus Children’s Hospital.