Daniel estaba trabajando duro para alcanzar su sueño de ganar una beca escolar en una destacada universidad, cuando repentinamente sus planes parecieron desbaratarse.
En noviembre de 2005, el estudiante de último año de la escuela preparatoriaRanson Everglades perdió el conocimiento de repente y cayó al suelo en el gimnasio durante una práctica de baloncesto.
“Recuerdo haberme sentido vacío, como si no tuviera nada más para dar”, recuerda Daniel. Lo siguiente que supo fue que lo trasladaron desde el gimnasio a una ambulancia. La familia de Daniel quedó pasmada cuando se enteró de que el atleta de 17 años había tenido un infarto de miocardio. La causa: una cardiopatía que no había sido previamente diagnosticada en la que la arteria coronaria no estaba correctamente conectada al corazón.
Hoy, los sueños de Daniel siguen en carrera, gracias al Instituto del Corazón Congénito del Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, y al hospital de niños Arnold Palmer Hospital for Children. Un equipo quirúrgico al mando del Dr. Redmond P. Burke, director médico de cirugía cardiovascular del Nicklaus Children's Hospital, separó y volvió a unir la arteria para que circulara un correcto flujo sanguíneo.
A los 10 días de la cirugía, Daniel estuvo de regreso en su hogar para celebrar el día de acción de gracias con su familia y, en diciembre, tuvo una entrevista con reclutadores universitarios; se espera que reanude su carrera atlética a fines del año académico 2005-2006.
Para Magaly, la madre de Daniel, quien es enfermera diplomada, toda la experiencia fue como una intervención divina. “Si no se hubiera descubierto y corregido siendo Daniel aún tan joven, su corazón hubiera sufrido mucho más daño. Estamos muy agradecidos con todos los que participaron en su cuidado”, asevera.