Los síntomas gastrointestinales de Jayden Hong comenzaron cuando tenía tan solo unos meses de vida.
“Se despertaba alrededor de las 4 a. m. todas las noches atragantado. Teníamos que controlarlo constantemente toda la noche y era muy estresante. Le dimos medicamentos para el reflujo, pero la situación empeoraba”, explica Andrea Ramos. “Comía y los alimentos se acumulaban”.
En 2017, Jayden comenzó a ver a la Dra. Shifra Koyfman, gastroenteróloga pediátrica de Nicklaus Children’s Hospital, después de ser referido por su pediatra. Ella le realizó una endoscopía, que reveló que su esófago estaba en malas condiciones.
Poco después le diagnosticaron EE (esofagitis eosinofílica), una afección relacionada con la ingestión de alimentos o alérgenos inhalados. Se caracteriza por la inflamación aislada del esófago a causa de un glóbulo blanco específico llamado eosinófilo. Puede estar relacionada con otras afecciones alérgicas, como asma y rinitis alérgica.
“Lo que hace que la EE sea difícil es que puede ser igual al reflujo, pero, si no se trata, los pacientes pueden desarrollar estrechamiento del esófago. La esofagitis eosinofílica no tiene cura, pero podemos tratarla y ayudar a los pacientes a controlar su afección. La parte más difícil de la terapia probablemente sea seguir la dieta de eliminación”, explica el Dr. Koyfman.
La Dra. Koyfman le indicó a Jayden una dieta de eliminación y tratamiento con esteroides, y Jayden solo podría comer ciertos alimentos. Los alimentos eliminados incluían helado, chocolate y muchas cosas que a los niños les gustan.
“En la escuela, esto lo hacía sentir fuera de lugar. Era difícil para él ser diferente. También tenía alergias graves, lo que hacía que la situación fuera más difícil”, comenta Ramos.
Los pacientes con la afección de Jayden a menudo tienen alergias graves. Como parte de su tratamiento, también vio a alergistas y otorrinolaringólogos de Nicklaus Children’s Hospital para que lo ayudaran a tratar su afección.
Con el tiempo, comenzó a mejorar.
¡Su última endoscopía mostró que su esófago se veía excelente! Casi lloré”, dice Ramos. “Hemos podido introducir otros alimentos y está aumentando de peso. Su vida es mucho mejor”.
Hoy Jayden tiene 9 años y disfruta de practicar deportes y jugar videojuegos, y es cinturón verde en karate. Ahora que es más grande, entiende y es consciente de los alimentos que lo hacen sentirse enfermo. Es muy bueno controlando su afección y muy maduro.