El año 2004 comenzó con una conmoción para la familia de Ryan de Palmetto Bay. Gregg y Trisha estaban ansiosos por conocer la causa de los dolores de cabeza que su hijo Ryan de 4 años tenía regularmente. Pero no estaban preparados para el diagnóstico que recibieron.
En enero, el pediatra de Ryan derivó al charlatán y curioso niño en etapa preescolar a un neurólogo para que investigara el origen de los dolores de cabeza que el niño experimentaba casi todas las noches. Ryan se sometió a IRM en el Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital. Luego, los padres recibieron una llamada del Dr. John Ragheb, director del Departamento de Neurocirugía del Nicklaus Children's. Este departamento recibe las derivaciones de casos neuroquirúrgicos desafiantes de todo el país.
"El Dr. Ragheb explicó que Ryan tenía una enfermedad extraña. Tenía un quiste aracnoideo incrustado en el centro del cerebro. El quiste inhibía el flujo de fluidos de la médula espinal en el cerebro, lo que causaba que la presión aumentara de forma peligrosa", recordaba Trisha. Le dijeron que Ryan debía a someterse a una cirugía de inmediato.
"Fue un momento muy traumático; sin embargo, de alguna manera el Dr. Ragheb nos hizo sentir desde el principio que todo saldría bien", comentó Trisha. "Si miro hacia atrás, no puedo creer cómo lo superamos. Creo que el comportamiento y la confianza del Dr. Ragheb ayudaron a Ryan".
Ryan se benefició de una nueva técnica quirúrgica mínimamente invasiva que le permitió al equipo extraer un quiste del tamaño de una ciruela sin realizar una abertura de gran tamaño en su cráneo. Por el contrario, se realizó una pequeña abertura a través de la que se insertó un endoscopio neuroquirúrgico de tres milímetros y otros instrumentos quirúrgicos muy pequeños. El quiste fue perforado y colapsado a través de este pequeño orificio en el cuero cabelludo de Ryan.
La familia de Ryan estában muy felices con los resultado. "A los pocos minutos de finalizar cirugía, Ryan hablaba", recordó Trisha. "En ese momento supimos que estaría bien". Hoy, Ryan es un niño en etapa preescolar inquieto y entusiasta al que le encanta hablar, y hace millones de preguntas.
"Estamos muy agradecidos. Si no hubiera sido por su excelente equipo, posiblemente habríamos tenido que viajar por todo el país para recibir atención. Recibimos la mejor atención disponible, cerca de casa", comentó Trisha.