Cuando Matthew tenía sólo seis semanas de vida, las imágenes por resonancia magnética (IRM) mostraron crecimiento excesivo de los vasos sanguíneos en la superficie de su cerebro, lo que causaba función anormal. La ecografía confirmó síndrome de Sturge-Weber.
“Cuando nace tu hijo, no estás preparado para una noticia de esta índole. Michael y yo estábamos devastados”, comenta Michele. “Uno desea que su hijo tenga todas las oportunidades que la vida le ofrezca, y temíamos que las oportunidades de nuestro hijo fuesen limitadas”.
La búsqueda de un padre
Aun cuando no estaban seguros de que el diagnóstico de Matthew era síndrome de Sturge-Weber, sus padres comenzaron a informarse acerca de tratamientos para la marca de nacimiento que tenía en el rostro. Cuando Matthew tenía sólo tres semanas de vida, visitaron a Ana Duarte, MD, FAAD, directora del Departamento de dermatología del Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, y una de las 89 dermatólogas pediátricas licenciadas en los Estados Unidos. La Dra. Duarte le dijo a los Wangers que Matthew se beneficiaría de la cirugía vascular láser de tinte.
“La cirugía con láser se ha usado para el tratamiento de manchas de vino de oporto desde hace más de una década y ha marcado una diferencia muy importante en las vidas de los niños afectados”, comenta la Dra. Duarte. “Cuanto antes se inicie la cirugía con láser, más eficaces y favorables serán los resultados, y los niños de piel clara suelen favorecerse de este tratamiento. Matthew era muy pequeño y de tez blanca, por lo que su pronóstico era prometedor”.
Resultados maravillosos
El día posterior a su primera cita, los padres llevaron a Matthew nuevamente al consultorio de la Dra. Duarte donde le administró cirugía láser de tinte pulsado en el rostro mientras Michele lo sostenía en sus brazos. Matthew necesitaría tratamientos cada aproximadamente seis semanas, lo que implicaba largos viajes para los Wangers, que viven en Clearwater. Sin embargo, al fin y al cabo valió la pena; después de 26 tratamientos en tres años, la marca de nacimiento de Matthew prácticamente desapareció.
“Matthew luce fabuloso”, dice Michele. “Hemos recorrido largos caminos hasta llegar a Miami, pero cada milla valió la pena”.
Un futuro brillante
Como consecuencia del síndrome de Sturge-Weber, Matthew aún debe sortear obstáculos. Recibe medicación para las convulsiones y el glaucoma. Además, tiene retraso del desarrollo, por lo que requirió terapia física, ocupacional y del habla. Sin embargo, con la desaparición de la marca roja, los padres de Matthew son optimistas acerca del futuro de su hijo.
“Muchas personas con síndrome de Sturge-Weber han tenido vidas normales”, dice Michele. “Eso es lo que siempre deseamos para Matthew, y agradecemos enormemente a la Dra. Duarte que lo hizo posible”.