Dos pulgadas. Para muchos, dos pulgadas son solo una unidad de medida pequeña, pero para Liz, de 10 años de edad, esas dos pulgadas cambiaron su vida por completo. Debido a su baja estatura, Liz tenía dificultades para usar sus brazos cortos y dependía de su madre para comer, bañarse y vestirse.
Pero gracias a la cirugía de alargamiento de las extremidades realizada por el Dr. Daniel Ruggles, cirujano ortopédico pediátrico del Instituto de Ortopedia, Medicina del Deporte y la Columna Vertebral de Nicklaus Children’s Hospital, Liz es una niña nueva.
“Ahora puede peinarse, bañarse, cepillarse los dientes y comer sola”, dice su madre, Regla. “Puede llevar su mochila a la escuela”.
Liz es una actriz y cantante en ciernes y no le da vergüenza actuar sobre el escenario. Liz nació con una afección llamada acondroplasia, una forma de estatura baja congénita. Esta afección afecta el crecimiento de los huesos en las extremidades, lo que causa brazos y piernas cortos.
La cirugía de alargamiento de las extremidades implica realizar una cirugía mínimamente invasiva en el hueso de la parte superior del brazo, o húmero. Se colocó un fijador externo en cada uno de los brazos de Liz y se realizaron ajustes diarios para alargar los huesos.
Básicamente, creció hueso nuevo a medida que los brazos se estiraban suavemente. Es un proceso bastante indoloro, y el hueso nuevo tardó alrededor de cinco meses en fortalecerse.
Durante esos 5 meses, Liz no pudo nadar ni realizar actividades extenuantes que pudieran afectar sus dispositivos. Pero su madre dice que todo valió la pena.
“Es una niña completamente diferente que ahora disfruta de realizar estas simples tareas que muchos de nosotros damos por sentadas”, dice Regla. “Para Liz, este ha sido un gran paso para ser más independiente, y por eso estamos eternamente agradecidos”.