Cuando Jason Pivowar llegó al Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, en octubre de 2005, había pasado por mucho, incluidas cuatro hospitalizaciones en total desde una supuesta cirugía habitual en un hospital de la zona de Palm Beach en julio.
Después de la cirugía del verano en Palm Beach para corregir su tórax en embudo (el pecho hundido), Jason sufrió numerosas complicaciones, entre ellas, una infección en las paredes internas del corazón, cálculos renales causados por los medicamentos, problemas con la barra correctiva colocada mediante una cirugía en el pecho para elevar el esternón invertido y, finalmente, una atelectasia pulmonar.
Luego de la serie de hospitalizaciones, la paciencia de la madre de Jason, Susanne Pivowar, se estaba agotando. Inesperadamente, Jason ya había perdido casi dos meses de escuela. Y ahora, un hospital de la zona de Boca Raton quería reubicar la sonda pleural en el pecho de Jason —un procedimiento doloroso— por segunda vez, tras fallar dos veces antes de colocarla correctamente para inflar el pulmón colapsado.
Fue entonces cuando un director médico de una unidad de cuidados intensivos aconsejó a Susanne que llevara a Jason al Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital. “Fue una bendición del cielo”, dijo Pivowar.
Después de consultar al Dr. Steven Stylianos, jefe del Departamento de Cirugía Pediátrica del Nicklaus Children's Hospital, la familia recibió la confirmación de que Jason tenía una anomalía en el pulmón conocida como “blebs” o bulas subpleurales que pueden causar el colapso de los pulmones sin aviso. Jason fue sometido a un último procedimiento llamado extirpación videoasistida de las bulas subpleurales y pleurodesis que evitaría futuros colapsos de pulmón.
A pocas semanas de la cirugía, Jason comenzó a asistir nuevamente a clases, ampliando paulatinamente su horario escolar y trabajando con determinación para recuperar el trabajo de clase perdido. Este maravilloso adolescente se las ingenió para ponerse al día en tiempo récord, al finalizar el semestre con un impresionante promedio de 4,3.
“Estamos agradecidos con el equipo del Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, por habernos ayudado a cerrar este capítulo”, dijo la Sra. Pivowar.